La Habana una vez centelleó con neón tecnicolor cuando la ciudad estaba a la vanguardia del cine y las almas cultas de la capital cubana acudían a la gran pantalla. Pero después de la Revolución de 1959, cerraron los lujosos lugares de entretenimiento frecuentados por celebridades de Hollywood, jugadores y la mafia. Las letras iluminadas de la ciudad comenzaron a desvanecerse de sus brillantes cines, teatros, bares y tiendas. Avisos que colgaban precariamente de las bisagras, se cayeron o se quitaron.
Pero más de medio siglo después, un artista cubano está restaurando los letreros de la ciudad, recargando La Habana con un hermoso resplandor nocturno después de décadas en la oscuridad. Los letreros recién iluminados también destacan la riqueza de hermosos edificios art déco, barrocos y coloniales que se encuentran por toda la capital cubana.